En toda la historia, el equipo de la Angelópolis podrá tener temporadas donde no figura, pero nadie puede negar que hablamos de una institución histórica que ha hecho lo imposible por mantener su lugar en el Máximo Circuito.
La década de los ochenta es la mejor en la historia de los camoteros, porque fue ahí donde consiguieron los dos títulos de Liga MX que tienen en sus vitrinas.
1982-1983
La primera llegó cuando nadie lo esperaba. Lidereados por un inexperto Manuel Lapuente, los enfranjados tuvieron una temporada magnífica pese a que meses atrás vendieron a sus estrellas extranjeras debido a su alto costo.
Junto a los veteranos Antonio de la Torre, Italo Estupiñan, Silvio Fogel, Pedro Soto y José Luis Ceballos, el Puebla también vio a nacer a dos de sus estrellas más grandes: Muricy Ramalho y el juvenil Paul Moreno, quien ganó el premio al novato del año en aquel año.
En la final, la Franja venció en penales a las Chivas 9-8 y así consiguió su primer título de liga en el futbol mexicano.
1989-1990
El mejor equipo poblano que se ha visto en una cancha. Justo en ese año se dio el regreso de Manolo Lapuente al banquillo. El plantel era tan bueno que contó con Pablo Larios como portero, los chilenos Jorge Aravena y Calos Poblete, además de un Sergio Almaguer, Roberto Ruíz Esparza y un Chepo de la Toore que llegó como refuerzo estrella procedente del Oviedo de España.
A diferencia de la campaña del primer título, en esta los camoteros eran claros favoritos al campeonato y cumplieron con las expectativas al vencer en la final a Leones Negros de la U de G por marcador de 6-4.
Esa fue la última vez que el Puebla ganó una Liga MX y seguro que más de un aficionado espera que muy pronto se pueda vivir una nueva gloria.