Rosario Piedra Ibarra fue reelegida como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tras una tensa sesión en el Senado, caracterizada por desacuerdos y acusaciones. De esta manera, la jornada de elección se prolongó por más de 10 horas principalmente debido a la falta de consenso por parte de la bancada de Morena y aliados, la cual enfrentó una división interna sobre las inclinaciones de qué candidata apoyar. No obstante, el coordinador Adán Augusto logró generar un acuerdo y obtener los 87 votos requeridos para la ratificación de Piedra.
En medio de la sesión, algunos senadores de la oposición instalaron una mampara para emitir su voto en secreto, mientras otros denunciaron la existencia de boletas prellenadas. Finalmente, hacia la noche la Mesa Directiva procedió a la votación mediante una urna y en presencia de todos los legisladores.
La gestión de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH ha estado marcada por fuertes cuestionamientos hacia su cercanía con Morena, ya que antes de ocupar el cargo, fue candidata a diputada federal por el partido y posteriormente ocupó el puesto de secretaria de Derechos Humanos de su Comité Ejecutivo Nacional. En este sentido, la oposición mostró su descontento, cuestionando la transparencia del proceso y la imparcialidad del organismo bajo la dirección de una figura tan vinculada al partido en el poder.