Aunque los 41 diputados y diputadas locales de Puebla están obligados por ley a contar con una Casa de Gestión para atender a los ciudadanos de sus distritos, una reciente actualización del Congreso del Estado reveló que 12 legisladores siguen sin establecer una sede fuera del recinto legislativo. La Ley Orgánica del Congreso es clara: cada representante debe contar con un espacio cercano a la ciudadanía, donde pueda recibir solicitudes, gestionar apoyos y mantener contacto directo con quienes lo eligieron.
Para ello, cada diputado recibe un apoyo mensual de 140 mil pesos exclusivamente destinado a la operación de estas casas, además de su salario de casi 60 mil pesos. Sin embargo, seis meses después del inicio de la actual Legislatura, el directorio oficial del Congreso actualizado el 16 de abril mostró que 12 diputados —10 de ellos pertenecientes a Morena y 2 al PAN— reportan como domicilio de su Casa de Gestión la sede del Congreso. Es decir, no han establecido oficinas propias en sus distritos.

Este hecho ha despertado inquietudes entre ciudadanos y medios, que cuestionan cómo pueden cumplir con su labor territorial sin un espacio accesible para la población. La diputada panista Susana Riestra Piña, una de las señaladas, explicó que sí entregó la ubicación de su Casa de Gestión desde el año pasado, pero que esta no fue reflejada oportunamente en la página del Congreso. Asimismo, el Congreso defendió la labor representativa de los legisladores a pesar de la falta de actualización de datos.
El debate, sin embargo, no gira solo en torno a la existencia de estos espacios, sino a su eficacia. La ciudadanía exige no sólo direcciones, sino resultados visibles. Con recursos públicos de por medio y una responsabilidad directa con el electorado, las Casas de Gestión no pueden ser solo un trámite administrativo, sino que deben fungir como un puente real entre el Congreso y la gente.