La reciente imposición de aranceles del 25% a los automóviles y autopartes exportados a Estados Unidos podría causar estragos en la economía de Puebla, una entidad que depende fuertemente de la industria automotriz. Con exportaciones anuales de más de 23 mil millones de dólares, de los cuales 15 mil millones provienen de ventas de vehículos, autopartes y accesorios, las nuevas tarifas comerciales ponen en riesgo miles de empleos y la estabilidad de numerosas empresas poblanas.
Las cifras hablan por sí solas: Puebla vende más de 12 mil 500 millones de dólares en vehículos ligeros y otros 3 mil 100 millones en autopartes. Estados Unidos es el principal socio comercial del estado, absorbiendo el 62% de sus exportaciones, seguido por Alemania y Canadá. Uno de los municipios más afectados sería Cuautlancingo, donde opera la planta de Volkswagen de México. Esta región depende de grandes importaciones para la producción de vehículos, lo que complica la certificación de origen.

Carlos Sosa Spíndola, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Puebla, afirmó que, aunque ninguna empresa ha anunciado su salida del estado, ya hay planes de inversión congelados debido a la incertidumbre. Asimismo, alertó sobre las posibles consecuencias: caída en la producción y ventas, pérdida de empleos y menor inversión extranjera. Para mitigar estos efectos, los empresarios buscarán diversificar, explorando oportunidades en Centro y Sudamérica.
Un informe del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados colocó a Puebla como el tercer estado más afectado por estos nuevos aranceles, solo por detrás de Ciudad de México y el Estado de México. El impacto no solo se limitará a los automóviles, pues con un arancel del 25% a las autopartes, el sector de componentes también enfrenta riesgos.