Todos tenemos una canción, una melodía o un simple ritmo que nos aleja de la realidad, que trae a nuestra mente un recuerdo específico, provocar felicidad, nostalgia, tranquilidad, paz o alguna otra emoción.
Diferentes estudios han demostrado que las personas al escuchar música de su agrado liberan dopamina, un neurotransmisor que es importante para la función motora del organismo y tiene efectos positivos en nuestro organismo, te hace sentir bien. Estos mismos estudios sugieren que escuchar música puede tener los siguientes efectos positivos:
Mejora el estado de ánimo y aumenta el optimismo. Escuchar música beneficia el bienestar en general, ayuda a regular las emociones, y crea felicidad y relajación en la vida cotidiana.
Reduce el estrés y la ansiedad. El 75% de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral. Escuchar música “relajante” ( con un tempo lento, bajo tono, y sin letra) media hora 2 veces por semana ha demostrado reducir significativamente los niveles de estrés.
Mejora el ejercicio. La música no solamente elimina la sensación de fatiga, cansancio y aburrimiento sino que actúa como un estimulante que aumenta la productividad.
Mejora la memoria y la cognición. Los elementos repetitivos de ritmo y melodía ayudan al cerebro a formar patrones que mejoran la memoria. La música con ritmos fuertes hace que la concentración permanezca más aguda y los pensamientos más alerta y escuchar música suave mejora la capacidad de concentrarse durante más tiempo, provoca bienestar y aumenta la creatividad.
Buena para meditar. Las melodías y ritmos suaves tienen el efecto mágico y relajante sobre los estados de tensión del día a día. La terapia con música también ha sido usada para facilitar la comunicación, mejorar las interacciones, y expresar sentimientos como miedo, soledad, o enojo.