Lejos de la preferencia de López Obrador y a contracorriente de la “cargada” oficial de la 4T, Marcelo Ebrard apostó por la estrategia de denuncias y confrontación con funcionarios federales y la dirigencia de Morena en aras de ganar popularidad.
Ciudad de México (Apro).- Con el arranque de la encuesta que definirá la candidatura de Morena a las elecciones presidenciales de 2024, Marcelo Ebrard Casaubón está por medir los efectos de su riesgosa estrategia de campaña, que le permitió ganar popularidad a costa de una ruptura con el grupo de Claudia Sheinbaum Pardo y con la cúpula de Morena, y de un distanciamiento con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde el inicio de su “recorrido nacional”, hace 10 semanas, Ebrard ha presentado sus propuestas en materia de seguridad, salud y desigualdad de género, y en paralelo ha escalado sus denuncias contra Sheinbaum, la favorita de la encuesta, a quien acusó de manera reiterada de hacer trampas; las denuncias salpicaron al presidente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, su otrora brazo derecho, y a la Secretaría de Bienestar, la dependencia estrella del gobierno de López Obrador.