Concluido el periodo de las tan esperadas convenciones partidistas en Estados Unidos, las campañas de Kamala Harris y Donald Trump ingresan a una nueva etapa en la competencia por la presidencia del país. Con alrededor de setenta días por delante, la actividad en la agenda de ambos candidatos no parece tener espacio alguno para el descanso. Pues a pesar de que el ingreso de Harris a la contienda dio una bocanada de esperanza al Partido Demócrata después de la debilitada participación de Joe Biden, la diferencia presentada en las encuestas contra Trump continúa sin ser contundente.
No obstante, un rubro en el que sí se ha logrado percibir el éxito de Kamala Harris, es en el dinero recaudado para su campaña. En los últimos días, su equipo informó que en poco más de un mes de actividades, la candidata rompió el récord histórico de recaudación con 540 millones de dólares. Asimismo, las estadísticas contienen peculiaridades de interés como el hecho de que un tercio del dinero provino de donantes primerizos, lo cual refleja un aumento en el apoyo de personas que previamente no respaldaban al partido en este proceso electoral.
En contraste, hasta principios de agosto, el equipo de Donald Trump había declarado una recaudación de 327 millones. Si bien la cifra tampoco es pequeña, cuando se pone en comparativa el hecho de que él lleva muchas más semanas en campaña que la recién ingresada Kamala, claramente se identifica una distinción entre el impulso generado para obtener un mayor financiamiento. Sin embargo, habrá que dar continuidad a las siguientes fechas importantes para determinar si tal dinero eventualmente se transformará en una separación más clara en la intención de voto de la ciudadanía.
Ambos candidatos se enfrentarán cara a cara el próximo 10 de septiembre en un debate presidencial, televisado por ABC News. Aunado a ello, el 1 de octubre los compañeros de fórmula a la vicepresidencia, Tim Walz y JD Vance, también se encontrarán para contrastar sus visiones políticas en un debate ahora transmitido por CBS News.