El Senado de la República aprobó este miércoles por la mañana el dictamen que cede el control de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), la cual fue una iniciativa presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y a quien le será remitida para su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Tras una larga discusión comenzada el día de ayer en la noche, la iniciativa pasó con 86 votos a favor de Morena y aliados, 42 en contra y cero abstenciones.
A pesar de que al debatir las propuestas los legisladores cuentan con libertad de realizar reservas a la reforma, cada una de las realizadas fue rechazada. En este sentido, representantes de oposición y organismos internacionales se han posicionado en contra de la iniciativa debido a que consideran que contribuye a la militarización de la seguridad pública en el país. De acuerdo con el senador panista, Ricardo Anaya, la estrategia implementada por el gobierno nacional no ha tenido resultados efectivos y requiere de un fortalecimiento civil, más que militar.
En respuesta, el senador morenista Omar García Harfuch, a quien le fue aprobada la licencia para integrarse al gabinete de Claudia Sheinbaum como Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, realizó una contundente intervención a favor de la consolidación de las instituciones de seguridad. De esta manera, comentó que es importante tomar en cuenta todos los puntos de la iniciativa y no caer en el simplismo de sólo ver el cambio de dirección de la Guardia Nacional, sino también la continuidad en el fortalecimiento de sus capacidades de investigación y coordinación con cada uno de los estados:
“El hecho que la Guardia Nacional se desarrolle dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional implica que, sin importar el partido en el Gobierno, son instituciones transexenales que continuarán desarrollándose, consolidándose y fortaleciéndose“.
¿Qué implica la reforma a la Guardia Nacional?
La reforma aprobada se conforma por el punto central de la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional, convirtiéndola en un organismo de mando y personal militar con formación policial para la atención de la seguridad pública. Además, faculta a la Guardia Nacional para llevar a cabo investigaciones de delitos, ejecutar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública del próximo sexenio y contar con fuero militar a excepción de casos de violación de derechos humanos, en los cuales serán juzgados y sancionados por tribunales civiles.
Asimismo, la reforma permite al Congreso expedir leyes secundarias sobre la participación del Ejército, Marina y Fuerza Aérea en tareas de seguridad interior y de seguridad pública, al igual que ratificar los nombramientos de mandos militares designados por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.
La mayoría de las modificaciones han resultado polémicas debido al debate sobre quién debe ser responsable de la seguridad pública del país. Pues para muchos los cuerpos de la Sedena deben atender exclusivamente temas de seguridad nacional, relativos a amenazas hacia el Estado Mexicano.