Este fin de semana el expresidente estadounidense y candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, innovó su estrategia de mercadotecnia política al presentarse a pedir trabajo en un McDonald’s del estado de Pensilvania. No obstante, el objetivo no fue “interactuar de manera cercana con la ciudadanía”, sino realizar un golpe al discurso de su contrincante, Kamala Harris, quien en ocasiones anteriores compartió que trabajó en esta cadena de comida rápida durante sus años de universidad.
De acuerdo con Trump, esta historia es falsa debido a que Harris nunca ha brindado pruebas de esos momentos: “Con esto ya trabajé 15 minutos más que Kamala”. Usando el clásico delantal de trabajador del restaurante, el candidato se puso manos a la obra después de que le explicaran cómo preparar alimentos como las populares papas fritas. De esta manera, comenzó a realizar entregas desde la ventanilla de autoservicio, donde miles de personas se formaron para ser atendidas por el expresidente.
Conforme avanzan los días y se vuelve más cercana la fecha de elección del 5 de noviembre, los candidatos buscan nuevas formas de obtener votos en los estados con preferencias más cerradas.
En este sentido, el estado de Pensilvania resulta fundamental al contar con 19 votos del Colegio Electoral y con un historial en el que sus resultados han influido de manera importante en la victoria presidencial. No obstante, para Kamala el panorama político del estado resulta aún más esencial, pues ningún demócrata ha ganado la Casa Blanca sin ganar en Pensilvania desde 1948.
