Ante los aranceles impuestos por parte de Estados Unidos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, contestó con dureza, anunciando represalias y medidas no-arancelarias. Sin embargo, dejó una pequeña ventana de oportunidad para negociar una salida: hasta el domingo se sabrá qué medidas se tomarán, sobre qué productos y de qué porcentaje.
Cabe destacar que Trump ha estado utilizando el arma de los aranceles para obligar a sus socios a imponer normas contra la migración, el narcotráfico y a desligar sus economías de la influencia china. Pero, al mismo tiempo también persigue un objetivo nacionalista difícilmente compatible con un acuerdo de libre comercio: quiere obligar a las empresas a relocalizar sus plantas, llevándolas desde Canadá y México a EE.UU.

Por último, Sheinbaum negó la intención de “entrar en una guerra comercial, eso solo afecta a la gente”, y apela al gobierno estadounidense para encontrar soluciones coordinadas, sin subordinación, para el beneficio de ambos pueblos. En caso de fracasar, la mandataria afirmó que cuenta con un plan A,B,C y D, las cuales dará a conocer en una manifestación el domingo en la capital del país.