Burberry clausuró la Semana de la Moda de Londres el lunes con una poderosa colección, una fusión entre la ciudad y el campo que tuvo lugar en una carpa gigante de cuadros verdes en el este de Londres. Una colección United Cohorts of Burberry (cohorte unido de Burberry), en la que el director creativo Daniel Lee hizo hincapié en las numerosas tribus culturales y a la moda que visten la marca, desde los urbanitas más sofisticados a la alta burguesía terrateniente. Hasta llegar a la familia real, con numerosas referencias al gusto de la difunta reina por los pañuelos de seda.
En su tercer desfile como director artístico de la marca, el inglés Daniel Lee continuó la tradición de invitar a celebridades, clientes e influyentes bajo una inmensa tienda en el corazón de un parque londinense, en esta ocasión el parque Victoria.
Los modelos desfilaron con abrigos y chaquetas de todo tipo, algunos elegantes, como la clásica gabardina revisitada con lana o cuero, y otros más deportivos, como chaquetas de borrego o de plumas adornadas con piel sintética, las mezclas de zapatos desde botas con bridas de inspiración ecuestre a calzado plano y más cómodo de estilo rural.
“Quería lograr una sensación de elegancia al aire libre, comodidad y calidez. Ese es el punto de partida de todo”, explicaba Lee.
Además, Lee vistió a los chicos con pantalones anchos de cuadros con cremalleras que bajaban por ambas piernas desde la cadera hasta el tobillo. Y las dejó abiertas. Y cortó trajes de raya diplomática en tallas grandes al más puro estilo David Byrne en “Stop Making Sense”.
Finalmente, el desfile corrió a cargo de supermodelos británicas como Lily Cole, con una parka gigante de tafetán técnico ribeteada con tartán rojo, Karen Elson, con un abrigo militar, o Naomi Campbell, con un atractivo vestido de diosa serigrafiado que parecía de pelo.