Durante esta semana el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, realizó contundentes declaraciones sobre los objetivos de política exterior que tendrá su gobierno a partir del 20 de enero, destacando el interés por tomar control sobre el canal de Panamá y adquirir el territorio de Groenlandia. En ambos casos, informó que no descarta el uso de la fuerza para el cumplimiento de los fines, pues ambos implican situaciones de interés nacional para la potencia norteamericana.
Pero a todo esto, ¿cuál es la historia detrás del vínculo de Estados Unidos con el Canal de Panamá y por qué ahora quiere recuperar el control sobre esta vía tan importante de navegación? En esta nota te compartimos los puntos más relevantes para entender el contexto de estas nuevas declaraciones.
La historia detrás del actual Canal de Panamá
Previo a 1914, las embarcaciones que requerían trasladarse del Océano Pacífico al Atlántico debían de emprender un prolongado trayecto alrededor de la región de Sudamérica, el cual no sólo implicaba altos costos de movilidad, sino también un mayor peligro para las tripulantes y mercancía transportada. Debido a ello y en recuperación de una iniciativa francesa previa, Estados Unidos llegó a un acuerdo en 1903 con el recién independizado Panamá para llevar a cabo la construcción de un canal marítimo.
Con la inauguración oficial del Canal de Panamá en 1914, los derechos de Estados Unidos adquiridos por el acuerdo se hicieron cada vez más evidentes para los panameños. Pues los norteamericanos tuvieron un control completo de no sólo la gestión, sino también de la franja territorial que rodeaba el recinto. Esto derivó en una serie de manifestaciones y conflictos que llevaron a una renegociación del acuerdo y finalizaron con una entrega gradual del control hacia el gobierno de Panamá, la cual concluyó en 1999. A partir de ese momento, el gobierno a ser el máximo responsable de la administración del Canal.
¿Qué argumentos utiliza Trump para su amenaza?
Los principales argumentos presentados por Trump para la recuperación del Canal son dos. El primero, conformado por acusaciones sobre los altos precios para el uso del Canal, los cuales en los últimos años han incrementado como consecuencia de bloqueos por conflictos internacionales y factores climáticos como la sequía que afectó el nivel de agua requerido por la infraestructura. En este sentido, es importante destacar que más del 70% del comercio que pasa por el Canal se dirige a Estados Unidos.
El segundo argumento surge como respuesta a la disputa internacional entre Estados Unidos y China, por la cual diversos analistas han evidenciado su preocupación por un incremento de actividad china en la administración de puertos y traslado de mercancías del Canal. De esta manera, la presencia estadounidense respondería principalmente a una preocupación geopolítica con la que el país desea recuperar poder continental al responsabilizarse de una de las principales vías de ingreso asiático.
Ante estas declaraciones, el actual presidente de Panamá, José Raúl Mulino, rechazó la posibilidad de una nueva intervención estadounidense en el control del Canal: “Quiero expresar de manera precisa que cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá, y lo seguirá siendo […] La soberanía y la independencia no son negociables“. No obstante, habremos de mantener el ojo puesto en las acciones estadounidenses posterior a la cercana toma de protesta de Trump, pues una invasión a Panamá podría generar un importante conflicto continental.
